También
llamados "acuerdos ambientales", son aquellos
que se realizan entre empresas y las administraciones públicas
para conseguir que aquéllas firmen compromisos
encaminados a minimizar de forma voluntaria su impacto
ambiental o para facilitar el cumplimiento progresivo de
la legislación vigente.
A
modo de ejemplo, algunos programas que funcionan
actualmente en España son:
Programa
de Descontaminación Gradual (PDG): basado
en el principio de regularización, se aplica específica
e individualmente a un establecimiento industrial.
Mediante el PDG la empresa se compromete a realizar
una serie de actuaciones de mejoras de sus vertidos,
en unos plazos definidos, hasta adecuar la calidad
de las aguas residuales a la Ley de aguas o a la de
costas.
Planes
Graduales de Reducción de Emisiones (PGRE):
su objetivo es la reducción de las emisiones
contaminantes de las instalaciones potencialmente
contaminantes para la atmósfera. Son sistemas
voluntarios a través de los cuales la empresa
acuerda con la Administración un plazo en el que se
compromete a realizar las modificaciones necesarias
para reducir sus emisiones.