La
mejora de la agricultura y de la utilización de las
tierras es fundamental para conseguir la seguridad
alimentaria, la reducción de la pobreza y un desarrollo
sostenible general.
La
calidad del medio ambiente, las fuentes de alimentos,
los medios de subsistencia en las zonas rurales y la
seguridad alimentaria dependen de prácticas agrícolas
óptimas que respeten al mismo tiempo los recursos
naturales.
Además
de estas funciones básicas, la agricultura
presenta actualmente posibilidades económicas
muy interesantes en una campo novedoso: el
aprovechamiento energético de los cultivos.
La
importancia de la agricultura en la economía mundial es
algo que está fuera de toda duda. Según los datos
recogidos en el informe anual del Worlwach Institute,
"La situación del mundo 2000", el valor del
comercio agrícola mundial se duplicó en las últimas décadas,
pasando de 1972 y 1997, de 224.000 millones de dólares
a 457.000.
Para
algunas zonas del mundo la agricultura es un elemento
vital de su economía. Así, el 25% del total de las
exportaciones de América Latina son agrícolas,
mientras que en África alcanzan el 18%.