La madrugada del domingo, día 30 de octubre, deberán retrasarse los relojes una hora
Viernes, 28 de Octubre de 2011
Fuente: Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía
A las tres de la madrugada serán las dos de la madrugada.
El “horario de verano” se lleva a cabo en cumplimiento de una directiva que afecta a todos los miembros de la UE.
Según estimaciones del IDAE, el ahorro en iluminación propiciado por el cambio, durante los meses en los que éste ha tenido efecto, de marzo a octubre, puede alcanzar el 5%, equivalente a 300 millones de euros.
La madrugada del próximo domingo, día 30 de octubre, finaliza el “horario de verano” y los relojes deberán retrasarse una hora ( a las 03.00 horas serán las 02.00 horas), en cumplimiento de la Directiva Comunitaria que rige el denominado “Cambio de Hora” y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea.
El “Cambio de Hora” comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada, sucesivamente, cada cuatro años.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Carácter indefinido
El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que “el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de os transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo”.
La Novena Directiva – de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea- establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la “Hora de verano” (en el que adelantamos el reloj una hora) y su finalización (cuando, como ahora, retrasamos el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
Es decir, la Novena Directiva ha sido dictada con vocación de permanencia, de modo que todos los ciudadanos e instituciones, públicas y privadas, de la Unión conozcan anticipadamente las fechas del cambio horario anual y planificar su actividad sin necesidad esperar ninguna norma futura.
Idoneidad de la medida
La aprobación de la Novena Directiva, que viene a consagrar la medida del cambio, está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos realizado por la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999.
Tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida, el texto concluye que tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Ahorro potencial de energía
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en nuestro país por el cambio de hora, durante los meses en los que este ha tenido efecto, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en comunicación, equivalente a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y la industria.
Las cifras anteriores son potenciales; es decir, para alcanzarlas es necesario llevar a cabo un comportamiento racional en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural, en edificios del terciario y en industrias. Estas tecnologías, ampliamente experimentadas, consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona a través de ventanas o lucernarios.
Cabe destacar, en este sentido, que el Código Técnico de la Edificación hace ya obligatoria la instalación de estos sistemas en los edificios de nueva construcción y que el Plan de Acción 2011-2020 posibilita ayudas para reformar la iluminación en los edificios del sector terciario.
Pero, además, independientemente del cambio de hora, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la misma en la vida cotidiana, tanto en lo que se refiere a la iluminación, como al aire acondicionado y la calefacción, la compra de electrodomésticos eficientes, utilización del vehículo privado, etc.
Ahora en invierno, ahorrar con la calefacción
Teniendo en cuenta que nos encontramos en la época en la que hemos empezado a encender la calefacción, el IDAE identifica diez pautas de conducta que nos pueden ayudar a evitar un consumo innecesario de energía y también a ahorrar dinero.
1.Abra las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones. En condiciones normales bastan diez minutos para renovar el aire.
2.Apague la calefacción por la noche y no la encienda por la mañana hasta que esté la casa ventilada y se hayan cerrado las ventanas.
3.Cierre los radiadores que no precise para mantener el bienestar de la casa y apague completamente la calefacción si va a estar fuera de casa más de un día.
4.Instale burletes y adhesivos en puertas y ventanas: ahorrará entre un 5% y un 10% de energía.
5.Ponga, si es posible, dobles ventanas o doble acristalamiento: ahorrará un 20% de energía. Tenga en cuenta que el 40% de las fugas se produce por ventanas y cristales.
6.Instale válvulas termostáticas en los radiadores, o un regulador para la caldera. Son fáciles de colocar y se amortizan rápidamente.
7.Mantenga la temperatura en los 21 grados C.
8.No abuse de la calefacción. Además de ser perjudicial para la salud, por cada grado que aumenta la temperatura consume entre un 5% y un 7% más de energía.
9.Sepa que para dormir puede ser suficiente una temperatura de entre 15 y 17 grados C, aunque los niños y personas mayores pueden necesitar un poco más de calor.
10.Si hace alguna reforma en casa, piense en la posibilidad de instalar algún aislante en techos y paredes.