Por término medio, el habitante de un país desarrollado viene a consumir unos 50 litros de agua diarios en su higiene personal, cifra que casi puede llegar a multiplicarse por diez para la pernoctación de un cliente en un hotel.

Con la nuevas tecnologías de reducción del gasto y un buen programa de gestión de agua, es posible reducir hasta la mitad el consumo de agua por huésped y noche. Estos ahorros, además de influir directamente en la factura del agua, también hace disminuir los gastos de depuración de las aguas residuales.

Para ello, el primer paso es la identificación de aquellas instalaciones donde se llevan a cabo los mayores consumos y que suelen ser: cocinas, cuartos de baño, lavandería, riego de jardines y piscina. La instalación en ellas de contadores, y su revisión semanal, permite la pronta detección de fugas o averías.

La mayor parte de las aguas suministradas a un hotel, terminan convertidas en agua residual, en algunos casos esa proporción se aproxima 95%. En la mayoría de los casos estas aguas podrías ser sometidos a un proceso de depuración que las convirtiese en aptas para otros usos.

Además, con el fin de garantizar la idoneidad sanitaria del agua utilizada, es práctica frecuente en el sector hotelero añadir sustancias químicos al agua, cuya eliminación durante la depuración de las aguas residuales, suele ser todavía más costosa que el precio inicial de esas sustancias.

Por lo tanto, un buen programa de gestión de aguas residuales puede reportar un doble beneficio económico, dado que además de reducir el volumen de compuestos químicos que se añaden al agua, sin afectar las condiciones sanitarias del agua, disminuye posteriormente los gastos de su depuración.